jueves, 26 de enero de 2017

Chico

       A mi amiga, Caridad Abellán, que en el Taller de Escritura Creativa de Garciaz, escribió el primer pensamiento, que puedes encontrar pinchando aquí, y del que se sigue este texto de mi autoría.
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Caridad Abellán,
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       Al dragón, una bestia tipo escupeairecaliente, lo trajeron un día lluvioso de hace ahora cuatro meses. Aquella mañana mami me tuvo entretenido jugando a la pelota todo el rato, en la cocina, una mano en las sartén, otra haciéndome caricias. Mami me quiere mucho, me da besitos, me asea, me peina, está siempre pendiente de mí.

martes, 24 de enero de 2017

Juanita, la zumbada

       A mi amiga, la escritora Montaña Ávila Solís, que en el Taller de Escritura Creativa de Garciaz, escribió el primer pensamiento, que puedes encontrar pinchando aquí, y del que se sigue este texto de mi autoría.
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La foto es propiedad de
Montaña Ávila Solís


       Los domingos el despertador de Juanita remolonea en su silencio de festivo. Así que es el alboroto de los muchachos jugando en la calle quien la despierta. Si los niños se han ido al polideportivo, a las afueras del pueblo, y el silencio acampa en su ventana, es su cuerpo el que se pone en marcha solo. Pero Juanita no se levanta nada más abrir los ojos, se queda en la cama, mirando las musarañas del techo que a veces son azules, otras blancas, y la mayoría de las veces grises, como este mundo que parece cosido con hilos de ausencia.

martes, 10 de enero de 2017

Quédate conmigo


De una mujer 
de un castillo 
de una soledad. 



       Esto no es amanecer. Este sol radiante de otoño es solo lo que llega después de la noche anterior que precedió a la anterior y a la anterior y así hacia atrás, hasta hacer de esto de vivir algo terco y agotador. La vida no son cuatro días, es cosa de siglos y ella, quizás porque sus cincuenta y tres años se lo parecen, se acuesta cansada, se despierta cansada, se levanta cansada pero sigue en pie, como yo, con un peso infinito como una decisión a la espalda, un vacío como un abismo en el corazón, y ese permanente recordar que la llena de náuseas el estómago. Cuando está callada apenas se la ve, de pequeña que es, solo su pelo siempre alborotado y del color del sol cuando se va, deja un rastro visible de su paso por la casa. Calla mientras no tiene que fingir para nadie, y hoy, ni siquiera entonces ha hablado, cuando los suyos se levantan y miran de reojo el fuego que ha hecho sobre los rescoldos de ayer y a ella en el patio cerca de sus pensamientos. Ambas cosas hacen de una casa ese lugar a recordar de viejos. Las dos, el fuego y las flores, huelen a calor dice ella. Sin sonrisa, sin ese aleteo al andar que aprendió para elevarse del suelo y mentir, arrastra sus pies hasta el baño, se arregla y anuncia que se va. Sola.

lunes, 9 de enero de 2017

Lo de la aceituna

       A mi amiga Matilde, que en el Taller de Escritura Creativa de Garciaz, escribió el primer pensamiento, que puedes encontrar pinchando aquí, y del que se sigue este texto de mi autoría.
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       ― Salí de casa con la idea de ayudá en lo de la aceituna, se lo juro. El olivá lo tenemos aquí al lado. Yo me cogí mi silla plegable, por lo de la artosis, que me tiene más que atá. Salí con todas las ganas del mundo, que en los veinticinco días que llevan ya los muchachos de barea, yo sólo les he ayudado en lo de la criba.

sábado, 7 de enero de 2017

Estás solo





       A mi amiga Trini, que en el Taller de Escritura Creativa de Garciaz, escribió el primer pensamiento, que puedes encontrar pinchando aquí, y del que se sigue este texto de mi autoría.
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       La pelirroja de ojos nocturnos conduce a toda velocidad, como ha hecho ya en otros días de niebla, como hará ciertamente cualquier día del mañana, cuando la irrenunciable necesidad de buscarse a sí misma llame a la puerta y la invite a dar ese largo, larguísimo paseo que termina siempre en ninguna parte. Va por una carretera comarcal a más de ciento ochenta y cinco kilómetros por hora, y como el primer día del otoño va tintando de ocre todo lo que toca; en lo prohibido, hacia aquella línea del horizonte que se aleja, se aleja, se aleja por siempre, amén.

Restaurante Bar Las Orquillas

       A mi amiga Maribel, que en el Taller de Escritura Creativa de Garciaz, escribió el primer pensamiento, que puedes encontrar pinchando aquí, y del que se sigue este texto de mi autoría.
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Taller de Escritura Creativa
Garciaz.
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       Cerca del río está el restaurante, con la entrada en la misma carretera, con su explanada de tierra para aparcar, al poniente, en las afueras de Garciaz. Está un poco alejado del bullicio del centro del pueblo sí, pero es un lugar perfecto para reunirse con la familia, o con los amigos. El restaurante tiene una terraza con techo de uralita transparente que el viento cimbrea cuando sopla, en la trasera de la casa, en las inmediaciones del río. Las paredes son tabiques plegables que el dueño dispone a su antojo, para comedor o para zona de baile, según se necesite.