Relato a partir del final de un cuento.
LOS TRES CERDITOS
(continuación del cuento… )
Los tres cerditos se quedaron en la casa de piedra. La que el feroz lobo no fue capaz de tirar. Pero él, se quedó afuera, esperando. Los tres cerditos pasaron días y días en la casa, tranquilos, y aún así, la casa, construida para uno solo, se les quedaba pequeña. Al igual que las provisiones, que comenzaban a escasear. Entonces un cerdito urdió un plan; cuando todos dormían, incluido el feroz lobo, salió, y además de ir a por provisiones, compró un décimo de lotería. Esperaba que la suerte les sonriera ese día. Estaba cerca. Y la suerte les sonrió. Les tocaron millones, y todos, muy contentos, volvieron a repetir el plan. Cuando el lobo dormía, se escaparon, fueron a cobrar el dinero, y se compraron un chalé, a las afueras. Una casa grande y confortable, bien construida, donde poder vivir juntos. Pero el lobo se enteró de todo por la prensa. Y encontró el chalé donde los tres cerditos vivían contentos y felices. Creedores de ningún peligro. El lobo rodeó el gran muro que protegía la casa interior. Y encontró un fallo. Era un chalé construido por una mordida del ayuntamiento. Y no era bueno. La construcción tenía fallos. Así que, cuando todos los cerditos dormían, el feroz lobo entró, y les robó todo el dinero de la lotería. Hasta el último céntimo. Y entonces el lobo compró un billete y se marchó a vivir a Hawái. Y fue feliz, y comió perdices.
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